¿Qué rentabilidad se puede conseguir en la bolsa de valores?
La Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) se creó el 17 de mayo de 1792, cuando 24 corredores de bolsa y operadores firmaron un acuerdo bajo un botonero en el número 68 de Wall Street.1 Desde entonces se han hecho y perdido innumerables fortunas, ya que los accionistas impulsaron una era de la industria que ahora ha dado lugar a un panorama de empresas demasiado grandes para quebrar. Los ejecutivos y los iniciados se beneficiaron mucho durante ese megaboom, pero ¿Cómo les fue a los pequeños accionistas, sacudidos por los dos motores de la codicia y el miedo?
Principales ventajas
Comprar y mantener la inversión en renta variable ofrece el camino más duradero para la mayoría de los inversores particulares.
Según un estudio de 2011 de Raymond James and Associates sobre las tendencias de rendimiento de los activos entre 1926 y 2010, tanto las acciones de pequeña capitalización (12,1% de rendimiento anual) como las de gran capitalización (9,9% de rendimiento) superaron a los bonos del Estado y a la inflación.
Los dos principales tipos de riesgo de la inversión en renta variable son los sistemáticos, que se derivan de acontecimientos macroeconómicos como recesiones y guerras, y los no sistemáticos, que se refieren a escenarios únicos que afectan a una empresa o sector concretos.
Muchas personas combaten el riesgo no sistemático invirtiendo en fondos cotizados o en fondos de inversión, en lugar de en acciones individuales.
Entre los errores más comunes de los inversores se encuentran la mala asignación de activos, el intento de ajustarse al momento del mercado y el apego emocional a las acciones.

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